El cine como arte de lo inútil
La casualidad de hallarse perdidos y pedir referencias en medio del paisaje serrano cordobés, topa a los directores de Los incrédulos (2024) con un personaje pintoresco que regresa de juntar plásticos en el basural del pueblo, y que abre su curiosidad.
Se trata de Néstor Corsi, un hombre que estuvo preso por ejercicio ilegal de la medicina y que días antes de salir de la cárcel sintió el llamado a construir una bola gigante de plástico y colocarla en el centro de El Pozo de Luz, pues su energía generaría cambios sanadores en la humanidad, deviniendo en una suerte de Profeta. Y así, lo que en principio Se presenta como un documental centrado en la singularidad de un personaje, se abre poco a poco a la aventura épica que evoca los documentales de Herzog y a la pesquisa detectivesca del policial de enigma para devenir finalmente en un drama sobre el absurdo existencial.
Los incrédulos está organizada por la voz en off del narrador, que contextúa el pasado de Néstor y las vivencias de quienes lo acompañan en su periplo, a quienes llama “Los incrédulos”, que son los propios directores Máximo Ciambella y Damián Coluccio. De esta manera, no se trata de un documental de tipo observacional sobre este excéntrico personaje, sino de un documental en el que los directores desde la curiosidad inicial quedan involucrados, para terminar participando activamente en su búsqueda tras su desaparición entre puestos de productos regionales a la vera la ruta, y en la epopeya final que consiste en trasladar La Bola desde la cima del Cerro de los Milagros nuevamente hasta El Pozo de Luz, pero ahora sin una finalidad concreta más que la pura mudanza espacial.
Siguiendo esta línea, es harto interesante que al comienzo un plástico verde media entre ellos como directores y el objeto filmado, motivo que se usa como separador de los distintos capítulos y que también aparece en ciertos tramos de la película cuando un efecto de enrarecimiento. Esta decisión marca desde la imagen la dimensión de la separación en tanto incredulidad de los directores, que al mismo tiempo se traslada hacia los espectadores. Pero también sitúa una opacidad en las imágenes que vemos, la idea de un velo por el cual no terminan nunca los directores, y tampoco nosotros, de acceder plenamente a las experiencias místicas de Néstor, a su interioridad. En esta dimensión se plantea la pregunta: ¿estamos realmente frente a un sanador espiritual, frente a un hombre que presenta un delirio de redención o frente a un chanta que se aprovecha del sufrimiento de la gente?
Sin embargo, esta línea es la menos interesante. Pero sí lo es el descubrimiento que propone la película de que en realidad no hay tal distancia entre Néstor y ellos, entre Néstor y nosotros, los espectadores. Porque al fin y al cabo: ¿qué hace un cineasta sino construir ficciones que traen aparejadas la promesa de un alivio de los infortunios y miserias cotidianas de la vida? Y: ¿qué hacemos nosotros los espectadores sino suspender nuestra incredulidad para poder conectar con dichas ficciones?
Particularmente interesante es el capítulo final de la película titulado Sísifo, que hace referencia a este personaje de la mitología griega cuya conquista del poder a través de un ejercicio desmesurado de la violencia y el engaño fue castigado por los dioses con la condena de arrastrar una gran piedra desde la base de la montaña hasta la cima, tarea infructuosa e infecunda porque al poco tiempo de rodarla, la vuelve a ver caer. De esta manera, la película trasciende la extravagancia local, la etnografía pintoresca para volverse una fábula del absurdo de la existencia e incluso del absurdo que significa hacer cine. Porque aquí no se trata de alcanzar gloria, fama o riquezas, sino de cine arte, ese prodigio que se hace sin buscar una finalidad, sino por puro goce, que es aquello que no sirve para nada.
Los incrédulos es entonces un bello y maravilloso ensayo sobre la necesidad humana de crear y creer en las ficciones, que aunque no sirvan para nada; no dejan de ser una manera de hacer soportable el malestar que nos aqueja en nuestra civilización.
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