Deconstruyendo la idea de progreso:


El documental “El futuro llegó” (2017), creación colectiva del grupo de Cine Insurgente formado por Fernando Krichmar, Alejandra Guzzo y Omar Neri continua la línea de trabajo que representan los directores argentinos Fernando Birri y  Raymundo Gleyzer, que hace del cine una herramienta de lucha y de resistencia.
Ya es un slogan, que es signo de estos tiempos en esta época privilegiada de proliferación de las pantallas que se acentuó con la llegada de internet, eso de que: “Una imagen vale más que mil palabras”. Los directores saben de la pregnancia que tienen las imágenes para desde la propaganda implantar ideas y creencias en las cabezas de los individuos, marcando sus cuerpos y produciendo subjetividad. El Colectivo de Cine Insurgente, elige entonces tomar la imagen para darle voz a esos sujetos que el discurso capitalista forcluye, porque sólo le interesa continuar incrementando el capital, para desde ahí deconstruir concepciones y lugares comunes.
En la película que nos ocupa, los directores toman la situación que vive actualmente la población de Ingeniero White (Partido de Bahía Blanca) para llevarnos como espectadores a preguntarnos y reflexionar sobre qué entendemos por la idea de progreso.
El prólogo, ya es de por si elocuente, brindándonos la imagen que más directamente se asocia con la idea de progreso. El foco y fuera de foco del polo petroquímico instalado desde los años 70 en Ingeniero White, que lo reduce a unas luces abstractas, nos pone en la línea más habitual de entenderlo, esto es, vinculado con las luces de la razón y de la ciencia. Se trata de la idea de progreso vinculada a la modernidad, por la cual apoyado en los avances científicos, el ser humano iba a vivir mucho mejor.

El documental, a través de distintos testimonios en primer plano, no sólo de eruditos (historiadores, docentes universitarios, abogados, etc.) sino también de distintos habitantes de la zona, y también aportando material de archivo fotográfico y audiovisual, irá en una línea narrativa de  tiempo lineal  desde la época de grandeza de Ingeniero White, a comienzos del siglo XX, con su floreciente puerto y ferrocarril que dio vida a ese lugar, hasta la realidad actual luego de la puesta en funcionamiento en los años 80 del Polo Petroquímico, que alberga hoy a empresas multinacionales y monopólicas. De este modo, pasamos por medio de las distintas voces del valor de los obreros de White, que eran considerados una fuerza productiva de la pujante economía naciente del país y que convivían con el ecosistema natural; accesible en esos tiempos para la recreación de la población; al triste presente donde la población de White cuenta con un alto índice de desocupación, con un importante número de trabajadores precarizados, con un ecosistema contaminado, y arrasado por el relleno que permitió instalar a esos gigantes que emanan tóxicos, y con un aumento de las enfermedades respiratorios, los cánceres y las muertes en situación laboral.


Lo interesante es que los directores, si bien utilizan mayormente el recurso al relato testimonial, no descuidan en el proceso la estética de las imágenes, permitiéndonos contrastar los dichos que dan cuenta de la miseria y del sufrimiento de la gente, con las imágenes propagandísticas tanto del municipio como de las empresas del Polo Petroquímico, publicitando el crecimiento, la felicidad y el progreso para todos. Es entonces que nos interpelan con la pregunta: ¿progreso? ¿Para quiénes y para qué? Y entonces, ¿es cierto que “El futuro llegó”?
En este sentido, el título del documental tiene un doble valor. Por un lado es una ironía, que destaca el empobrecimiento humano y ambiental que trajeron las ideas de progreso ligadas al discurso científico y capitalista, pero también puede leerse desde lado de la propuesta del propio Colectivo de Cine Insurgente en la cual el futuro estaría en la lucha y la resistencia cotidianas contra las grandes corporaciones económicas que actúan impunemente en connivencia con el poder político y judicial.

“El futuro llegó” es entonces una propuesta audiovisual interesante y valiosa, pues es tanto un  modo de rescatar y preservar parte de la historia de nuestro país, como una herramienta que promueve el cambio social. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

De lo sublime a lo ridículo, no hay más que un sólo paso:

El furioso ocaso del idilio de amor y de familia:

El milagro de la belleza